Fotografía por: kahanaboy
Prurito en los pliegues de la piel, eccemas y sequedad son síntomas de la dermatitis atópica, también conocida como "asma de la piel", una de las afecciones que en 9 de cada 10 casos va estrechamente ligada al picor, cuya presencia como signo dominante está presente en muchas enfermedades cutáneas, según certifica el doctor Pablo Umbert, profesor del servicio de dermatología en el Hospital Sagrado Corazón-Unidad Docente de la Universidad de Barcelona y director del Instituto Dermatológico que lleva su nombre ubicado en la Clínica Corachán.
El prurito también forma parte del universo de la psoriasis y el liquen plano. El picor, que representa entre el 15 y 20 por ciento de las consultas dermatológicas que recibe el doctor Umbert, es abundante en invierno a causa de la sequedad, sobre todo en personas mayores de 50 años de edad. El origen de este trastorno cutáneo puede estar vinculado al sistema nervioso central neurogénico y en él intervienen una serie de mediadores presentes en el organismo.
El picor no es lo mismo que el dolor. La morfina, por ejemplo, erradica el dolor, pero no el picor. Lo que sucede es que con el prurito puede venir el rascado y tras él el dolor por infección, puntualiza el dermatólogo.
Para establecer el diagnóstico primero hay que buscar la causa que produce el picor, iniciándose un interrogatorio médico para descartar patologías internas que lo produzcan, como linfomas, enfermedad de Hodgkin, Hipertiroidismo, etc (y a la inversa, gracias a la investigación sobre el prurito se pueden destapar este tipo de afecciones). De igual modo, la entrevista con el enfermo puede ser muy esclarecedora a partir de las descripción de los síntomas, ya que, en caso de que las molestias se manifiesten por la noche podría estarse ante una infestación de escabiosis, y si se localizaran en el hombro podría estarse ante un cuadro de notalgia provocado por una desviación de la columna. Otra de las obligaciones del dermatólogo es averiguar si el paciente está tomando algún medicamento que le provoque reacción, y si fuera necesario se recurriría a las pruebas de laboratorio para descartar posibles enfermedades metabólicas.
Existen personas que sufren picores en contacto con el agua, un trastorno asociado a enfermedades con aumento de hematíes y que tiene difícil tratamiento. Una de las terapias indicadas son los baños en un Ph alcalino. Para los pruritos seniles por insuficiencia renal se recomiendan los baños de sol (ultravioletas b), en combinación con la medicación.
Otros tratamientos para los picores pasan por evitar los estímulos que los producen (no usar lana ni fibras, no ir demasiado abrigado, eludir el estrés, reducir la ingesta de café...) y administrarse productos tópicos a través de fórmulas magistrales que puedan contener mentol, entre otras sustancias.