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4 de enero de 2008

Los dermatólogos advierten sobre las exposiciones solares en invierno


Francisco Acedo Torregrosa

Los contrastes de humedad y temperatura ambiental, acrecentadas en invierno, contribuyen considerablemente a deteriorar nuestra piel en esta estación.
Afortunadamente los españoles cada año captan más el mensaje que los dermatólogos se han esforzado en trasmitir: que la exposición sin protección al sol es peligrosa e incrementa considerablemente el riesgo de sufrir melanoma, uno de los tumores más agresivos si no se detecta a tiempo. Sin embargo, aunque la mayoría de los ciudadanos no acuden a la playa sin protección solar, este hábito no es seguido en invierno, una estación en la que el sol también puede provocar melanomas.
La Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) advierte que es muy conveniente usar en invierno una crema hidratante con protección solar factor 15 o superior. De esta forma, hidratamos la piel y evitamos el fotoenvejecimiento.
Ciertas condiciones ambientales que se acentúan en invierno, como el frío, el aire, la humedad y la sequedad del ambiente ocasionada por las calefacciones, entre otras, contribuyen a deshidratar y dañar la piel, por lo que la hidratación de la piel en invierno es de suma importancia.
Además, existen ciertos deportes, que se practican especialmente en invierno, que incrementan el riesgo de sufrir quemaduras solares con el consecuente aumento de riesgo de padecer melanoma. Son los llamados deportes de altura, entre los que se encuentran el esquí y el montañismo. Las radiaciones ultravioletas solares, a más altura, dañan más nuestra piel, al disminuir el grosor del filtro que representa la atmósfera; por ello hay que extremar las precauciones en este sentido. También los contrastes de temperatura y humedad son mayores en esta época del año.
Ante esta situación, la Academia ha elaborado una serie de recomendaciones para concienciar a la sociedad de la importancia de proteger la piel en invierno.

La Academa Española dermatología recomienda:

Ø Aunque es recomendable proteger toda la piel, debe protegerse más la cara, la zona del cuello y el escote. El factor de protección solar indicado para el invierno es el 15 o superior.

Ø Siempre hay que protegerse los labios pero, si hay sol, es importante hacerlo con una crema hidratante labial con protección solar, no con un simple cacao.

Ø La sequedad del ambiente producida por la calefacción puede hacer que nos humedezcamos los labios con frecuencia. Hacerlo con saliva puede provocar una irritación cutánea adicional.

Ø La piel de las personas de edad avanzada y la de los niños es particularmente sensible a los cambios y rigores del invierno.

Ø La aparición de placas secas, fisuras y escamas es particularmente frecuente en estos grupos de población.

Ø El sol en las alturas es más dañino. La práctica de deportes de altura requiere de la aplicación de protección solar que hay que aplicar con frecuencia debido a que el sudor que origina el ejercicio hace que pierda eficacia.

Ø Concretamente respecto al esquí, es de reseñar que el sol puede ser más peligroso para la piel que en verano, ya que los rayos solares se reflejan en la nieve y potencian el daño en la piel.

Ø Cuidado con los cambios de temperatura al salir o entrar en locales. Ese paso del frío al calor o del calor al frío va a ser negativo para nuestra piel, sobre todo en personas de piel sensible.

Ø En su protección contra el frío, evite ropas o calzado irritante o no transpirable.

Ø Las personas que padecen enfermedades frecuentes como la psoriasis y la dermatitis atópica suelen empeorar en invierno, estación en la que los brotes se agudizan y se presentan con más frecuencia. Así, pues, para los afectados por esta dolencias es muy importante acudir al dermatólogo en invierno, que controlará la patología especialmente en estas fechas.

Ø Si en su entorno familiar hay pacientes con piel seca, sensible o enfermedades cutáneas que empeoran en invierno, procure aumentar la humedad ambiental mediante algún humidificador o sistema de humidificación ambiental o colocación de toallas húmedas o sistema similar en radiadores, focos de calor, etc.

Infecciones víricas de la piel


Muchos tipos de virus invaden la piel, pero la atención médica se centra sobre todo sólo en tres grupos. Dos de estos grupos causan molestias familiares: verrugas y llagas frías (ampollas febriles o herpes simple) sobre el labio. Las verrugas son causadas por el papilomavirus y el virus del herpes simple produce las llagas, como en el herpes zoster. El tercer grupo de virus que infecta la piel forma parte de la familia de los poxavirus. El más notorio de los poxivirus es el virus de la viruela, que sólo despierta interés histórico; ha sido eliminado en todo el mundo gracias al uso de una vacuna. En cualquier caso, la varicela sigue siendo una infección frecuente en la infancia. El molluscum contagiosum es también causado por un poxavirus.

Verrugas

Las verrugas son pequeños tumores cutáneos causados por cualquiera de los 60 tipos de papilomavirus humanos.

Las verrugas pueden aparecer a cualquier edad, pero son más frecuentes en los niños y menos frecuentes en las personas mayores. Si bien las verrugas de la piel se diseminan fácilmente de una zona del cuerpo a otra, en general no se contagian fácilmente de un individuo a otro. Sin embargo, las verrugas genitales sí son contagiosas.

La gran mayoría de las verrugas son inocuas. Los tipos más frecuentes no se vuelven cancerosos. Algunos tipos infrecuentes y algunos otros que infectan el cuello uterino y el pene resultan, en contadas ocasiones, cancerosos.

El tamaño y la forma de la verruga dependen del tipo de virus que las cause y de su localización en el cuerpo. Algunas verrugas son indoloras; otras causan dolor por irritación de los nervios. Algunas verrugas crecen en grupo (verrugas en mosaico); otras aparecen como formaciones aisladas y únicas. A menudo, las verrugas desaparecen sin tratamiento. Sin embargo, algunas persisten durante muchos años y otras desaparecen y vuelven a aparecer.

Diagnóstico

Cuando los médicos examinan un tumor en la piel, deben intentar diferenciar si se trata de una verruga o de algún otro tipo de tumoración. Algunas formaciones que pueden parecer verrugas en realidad son apéndices, molas, callos, callosidades o, incluso, cánceres de piel. Las verrugas se clasifican en función de su forma y de su localización.

Casi todo el mundo tiene verrugas vulgares (verrucae vulgaris). Éstas son protuberancias duras que tienen una superficie rugosa; son redondeadas o irregulares, de color grisáceo, amarillo o pardo, y, por lo general, tienen menos de 1 centímetro de diámetro. Con gran frecuencia, aparecen en zonas sometidas a frecuentes traumatismos, como los dedos, alrededor de las uñas (verrugas periungueales), las rodillas, la cara y el cuero cabelludo. Pueden diseminarse, pero las verrugas vulgares nunca son cancerosas.

Las verrugas plantares aparecen en la planta del pie, donde por lo general se presentan aplanadas por la presión que se produce al caminar y están rodeadas de piel engrosada. Pueden ser extremadamente dolorosas. A diferencia de las callosidades y de los callos, las verrugas plantares tienden a producir hemorragias en forma de pequeñas pecas puntiformes, cuando el médico afeita o corta la superficie con un bisturí.

Las verrugas filiformes son formaciones largas, estrechas y pequeñas que suelen aflorar en los párpados, la cara, el cuello o los labios.

Las verrugas planas, que son más frecuentes en niños y adultos jóvenes, suelen aparecer en grupos en forma de lesiones lisas, de color amarillo-pardusco, sobre todo en la cara.

El virus que causa las verrugas húmedas (verrugas venéreas, condiloma acuminado) en los genitales se transmite por vía sexual.

Tratamiento

El tratamiento de las verrugas depende de la localización, del tipo y de la gravedad, así como del tiempo de permanencia sobre la piel.

En general, las verrugas vulgares desaparecen sin tratamiento en menos de 2 años. Las aplicaciones diarias de una solución o emplasto que contenga ácido salicílico y ácido láctico suavizan la piel infectada, que puede rasparse suavemente para hacer que la verruga desaparezca más rápidamente. El médico puede efectuar un tratamiento con congelación de la verruga utilizando nitrógeno líquido, pero es posible que tenga que repetir el proceso al cabo de 2 o 3 semanas para eliminarla por completo. La electrodesecación (un tratamiento que usa una corriente eléctrica) o la cirugía con láser puede destruir la verruga, pero ambos procedimientos pueden dejar cicatrices. Independientemente del método utilizado en el tratamiento, la verruga reaparece en aproximadamente un tercio de los casos. El médico también puede tratar las verrugas vulgares con productos químicos como el ácido tricloroacético o la cantaridina, que destruyen la verruga. Sin embargo, nuevas verrugas suelen surgir alrededor de los bordes de otras anteriores.

Las verrugas plantares suelen macerarse con ácido salicílico más concentrado aplicado en forma de solución o de emplaste. Este proceso químico debe acompañarse del recorte de la verruga con un bisturí, su congelación o la aplicación de otros ácidos sobre su superficie. Los médicos pueden utilizar técnicas adicionales, como la inyección de determinadas sustancias químicas en la verruga para destruirla. En cualquier caso, las verrugas plantares son difíciles de curar.

Las verrugas planas suelen ser tratadas con agentes descamantes como el ácido retinoico o el ácido salicílico, que hacen que la verruga se desprenda con la piel descamada.

Molluscum contagiosum

El molluscum contagiosum es una infección de la piel causada por un poxavirus que forma protuberancias lisas, céreas y de color carne.

Las pápulas suelen ser de un tamaño inferior a un centímetro de diámetro y poseen una diminuta depresión en el centro. A veces una sola pápula puede alcanzar más de 3 centímetros. El virus que causa el molluscum es contagioso; se transmite por contacto directo con la piel y, a menudo, la transmisión es por vía sexual.

El virus puede infectar cualquier parte de la piel, aunque es más frecuente en la región inguinal y púbica (si bien no suele aparecer en el pene o en la vagina). Las lesiones no suelen ser pruriginosas ni dolorosas y pueden ser descubiertas por casualidad durante una revisión. La lesión por lo general tiene una depresión central llena de un material blanco pastoso que para los médicos resulta fácil de identificar.

Estas formaciones pueden ser tratadas mediante congelación o vaciando el núcleo central con una aguja.

Infecciones parasitarias de la piel

La mayoría de los parásitos cutáneos son diminutos insectos o gusanos que se esconden dentro de la piel haciendo de ella su hábitat natural. Algunos parásitos viven en la piel durante alguna de las etapas de su ciclo biológico; otros son huéspedes permanentes de la piel, en la cual depositan sus huevos y se reproducen.

Sarna

La sarna es una infestación causada por pequeños insectos que produce diminutas pápulas rojizas y un intenso picor.

La sarna está causada por el ácaro Sarcoptes scabiei. La infestación se transmite fácilmente de persona a persona a través del contacto físico y con frecuencia afecta a toda una familia. Los ácaros, que apenas pueden distinguirse a simple vista, suelen transmitirse cuando las personas duermen juntas. Raras veces se propagan por la ropa de vestir o de cama, así como por otros objetos compartidos; su supervivencia es breve y un lavado normal los destruye.

La hembra del ácaro cava túneles y surcos bajo la capa superior de la piel y deposita sus huevos en ellos. Las formas jóvenes del ácaro (larvas) nacen a los pocos días. La infestación causa un picor intenso, probablemente como resultado de una reacción alérgica a los ácaros.

Síntomas

La característica peculiar de la sarna es un intenso picor, que empeora sobre todo durante la noche. Los surcos de los ácaros aparecen como líneas onduladas de un centímetro y medio de longitud aproximadamente, que en algunos casos presentan una diminuta pápula en un extremo. Estos surcos son más frecuentes y el picor es más intenso en los espacios interdigitales de las manos, las muñecas, los codos, las axilas, rodeando los pezones mamarios de las mujeres, en los genitales masculinos (pene y escroto), alrededor de la cintura y en la parte inferior de las nalgas. Rara vez se infesta la cara, excepto en niños pequeños, donde las lesiones pueden aparecer en forma de ampollas llenas de agua. Con el paso del tiempo, los surcos pueden resultar difíciles de ver, ya que quedan enmascarados por la inflamación provocada por el rascado.

Diagnóstico y tratamiento

Generalmente, la presencia combinada de surcos y picor es suficiente para que el médico pueda efectuar el diagnóstico de sarna. En cualquier caso, también puede hacer un raspado de los surcos y examinarlo al microscopio para confirmar la presencia de los ácaros.

La sarna puede curar aplicando una crema que contenga permetrina o una solución de lindane. Ambas son efectivas, pero el lindane tiende a irritar la piel, es más tóxico y no resulta apropiado para los niños pequeños. Algunos ácaros de la sarna han desarrollado resistencia al tratamiento con permetrina.

En ocasiones se utiliza una crema con corticosteroides, como la hidrocortisona, durante algunos días después del tratamiento con permetrina o lindane para calmar el picor hasta que todos los ácaros hayan sido eliminados.

Los familiares y las personas que mantienen un estrecho contacto con la persona afectada, como la pareja sexual, deben tratarse simultáneamente. El lavado extenso y el fumigado de la ropa de vestir o de cama no son obligatorios.

Infestación por piojos





La infestación por piojos (pediculosis) causa intenso picor y puede afectar prácticamente cualquier zona de la piel.

Los piojos son insectos sin alas, apenas visibles, que se transmiten fácilmente de persona a persona a través del contacto corporal o tras compartir ropa y otros elementos personales. Los piojos que se encuentran en la cabeza son muy similares a los que se localizan en el cuerpo, pero en realidad son especies diferentes. Los piojos que se localizan en la zona púbica tienen el cuerpo más ancho y corto que los de las otras dos especies. Su forma redondeada les hace asemejarse a las ladillas (origen de la denominación popular de estos parásitos). Los piojos de la cabeza y del pubis viven directamente en la persona; sin embargo, los piojos corporales también suelen encontrarse en las prendas de vestir que están en contacto con la piel.

Los piojos de la cabeza se transmiten mediante contacto personal y por compartir peines, cepillos, sombreros y otros objetos personales. La infestación en ocasiones se extiende a las cejas, las pestañas y la barba. Los piojos de la cabeza son un tormento para los niños en edad escolar sea cual sea su estrato social.

Los piojos del cuerpo no se transmiten tan fácilmente como los de la cabeza. Suelen infestar a personas cuya higiene es deficiente y a quienes viven en espacios limitados o en instituciones hacinadas. Estos piojos pueden transmitir enfermedades como el tifus, la fiebre de las trincheras y la fiebre recurrente.

Los piojos del pubis, que infestan la zona genital, se transmiten por lo general durante las relaciones sexuales.


Síntomas

La infestación por piojos causa picor intenso. El rascado insistente suele causar excoriación de la piel, que puede complicarse con infecciones bacterianas.

En ocasiones los ganglios linfáticos de la parte posterior del cuello se inflaman a raíz de una infestación del cuero cabelludo. Los niños apenas notan la presencia de piojos en su cabeza o sólo sienten una vaga irritación en el cuero cabelludo. El picor que producen los piojos del cuerpo es generalmente más intenso en los hombros, las nalgas y el abdomen. Los piojos del pubis causan picor alrededor del pene, la vagina y el ano.

Diagnóstico

La hembra del piojo pone huevos brillantes, blanco-grisáceos (liendres), que pueden verse como diminutos glóbulos que se fijan firmemente al pelo. Los piojos del cuerpo adultos y sus huevos se encuentran no sólo en los pelos del cuerpo sino también en las costuras de las prendas de vestir que están en contacto con la piel. Los piojos del pubis diseminan unas manchas minúsculas de color pardusco (excrementos de los piojos) en la ropa interior en la zona en que entran en contacto con los genitales y el ano. Los piojos del pubis son particularmente difíciles de encontrar y pueden aparecer como diminutas manchas azuladas sobre la piel. A diferencia de los otros piojos, las liendres aparecen en la base de los cabellos, muy cerca de la piel.

Tratamiento

De las medicaciones contra los piojos, la permetrina es la más segura, eficaz y agradable de usar. El lindane (que puede aplicarse en forma de crema, de loción o de champú) también cura las infestaciones por piojos, pero no es apropiado para los niños debido a que en algunas raras ocasiones puede causar complicaciones neurológicas. A veces se utiliza también la piretrina. Todos estos medicamentos pueden ser irritantes y todos ellos requieren una segunda aplicación después de 10 días para eliminar los piojos recién nacidos.

La infestación de las pestañas y de las cejas es difícil de tratar; los parásitos suelen retirarse con pinzas. La gelatina de petróleo simple puede eliminar o debilitar los piojos asentados en las pestañas. Si las fuentes de infestación (peines, sombreros, prendas de vestir y ropa de cama) no se desinfectan por aspiración, lavado y planchado al vapor o lavado en seco los piojos pueden persistir vivos en ellas y volver a infestar a la persona.

Erupción serpiginosa

La erupción serpiginosa (larva migrans cutánea) es una infección por gusanos (uncinaria) transmitida desde el suelo húmedo y cálido a la piel expuesta.

La uncinaria causante de la infestación habita normalmente en los perros y gatos. Los huevos del parásito son depositados sobre la tierra por las heces de perros y gatos. Cuando la piel descubierta toca el suelo, que es lo que sucede cuando una persona camina descalza o toma el sol, la uncinaria penetra en la piel.

Comenzando desde el punto de infestación (por lo general los pies, piernas, nalgas o espalda) la uncinaria avanza sin dirección provocando una erupción serpenteante y filiforme. Esta infestación produce picor intenso.

Una preparación líquida de tiabendazol aplicada sobre el área afectada es muy eficaz para el tratamiento de la infestación.

Infecciones micóticas de la piel


Los hongos que infectan la piel (dermatófitos) viven sólo en la capa más externa de la piel (estrato córneo) y no penetran más profundamente. Algunas infecciones micóticas no producen síntomas o sólo provocan una pequeña irritación, descamación y enrojecimiento. Otras infecciones micóticas causan prurito, inflamación, ampollas y una grave descamación.

Los hongos suelen establecerse en áreas húmedas del cuerpo donde rozan dos superficies cutáneas: entre los dedos de los pies, en las ingles y bajo las mamas. Las personas obesas son más propensas a sufrir estas infecciones porque poseen muchos pliegues cutáneos.

Por extraño que parezca, las infecciones micóticas en una parte del cuerpo pueden causar erupciones en otras partes no infectadas. Por ejemplo, una infección micótica en el pie puede causar una erupción abultada y pruriginosa en los dedos. Estas erupciones (dermatofítides o erupciones “ide”) representan reacciones alérgicas al hongo.

Los médicos pueden sospechar la presencia de hongos cuando aprecian una erupción roja e irritada en una de las áreas frecuentemente afectadas. Habitualmente el médico puede confirmar el diagnóstico raspando una pequeña porción de piel para examinarla al microscopio o colocarla en un medio de cultivo que hará crecer los hongos de modo que sea posible identificarlos.

Tiña

La tiña es una infección micótica de la piel causada por diferentes hongos y que generalmente se clasifica según su localización en el cuerpo.

El pie de atleta (tiña de los pies) es una infección micótica frecuente que suele aparecer durante los meses cálidos. Es causada habitualmente tanto por Trichophyton como por Epidermophyton, hongos que pueden crecer en los espacios interdigitales calientes y húmedos de los pies. El hongo puede producir una descamación muy ligera sin presentar otros síntomas o bien una descamación más importante con una erupción pruriginosa, dolorosa y que deja la piel en carne viva entre los dedos y a los lados de los pies. También pueden formarse ampollas llenas de líquido. Como el hongo puede causar la rotura de la piel, el pie de atleta puede comportar una infección bacteriana, especialmente en personas mayores e individuos con inadecuada irrigación sanguínea de los pies.

El picor del suspensor (tiña inguinal) puede estar causada por varios hongos y levaduras. Es mucho más frecuente en varones que en mujeres y suele aparecer durante los meses cálidos. La infección produce áreas rojas y anulares, a veces con formación de pequeñas ampollas en la piel que rodea las ingles y en la parte superior de la cara interna de los muslos. Este proceso puede provocar picor intenso e incluso ser doloroso. Es frecuente la recidiva, ya que los hongos pueden persistir indefinidamente sobre la piel. Incluso con un tratamiento apropiado, las personas susceptibles pueden presentar infecciones repetidas.

La tiña del cuero cabelludo está causada por Trichophyton o por otro hongo llamado Microsporum. La tiña del cuero cabelludo es altamente contagiosa, especialmente entre los niños. Puede producir una erupción roja descamativa más bien pruriginosa, o si no placas de calvicie sin erupción.

La tiña de las uñas es una infección causada por Trichophyton. El hongo penetra en la parte recién formada de la uña produciendo engrosamiento, pérdida de brillo y deformación de la misma. Esta infección es mucho más frecuente en las uñas de los pies que en las de las manos. Una uña infectada puede desprenderse del dedo del pie, quebrarse o descamarse.

La tiña corporal también está causada por Trichophyton. La infección generalmente produce una erupción de color rosa o roja que en ocasiones forma placas redondeadas con zonas claras en el centro. La tiña corporal puede desarrollarse en cualquier parte de la piel.

La tiña de la barba se presenta en raras ocasiones. La mayoría de las infecciones cutáneas localizadas en la zona de la barba están causadas por bacterias y no por hongos.

Tratamiento

La mayoría de las infecciones micóticas de la piel, excepto las del cuero cabelludo y de las uñas, son leves y a menudo curan con cremas de antimicóticos. Existen muchas cremas antifúngicas eficaces que pueden adquirirse sin necesidad de prescripción médica. Generalmente, los polvos antimicóticos no dan buenos resultados en el tratamiento de estas infecciones. Los principios activos de las medicaciones antifúngicas son el miconazol, clotrimazol, econazol y ketoconazol.

Habitualmente, las cremas se aplican dos veces al día y el tratamiento debería prolongarse por lo menos de 7 a 10 días después de que la erupción haya desaparecido por completo. Si se interrumpe la aplicación de la crema con demasiada prontitud, la infección puede no haberse erradicado completamente y la erupción reaparecerá.

Pueden transcurrir varios días antes de que las cremas antifúngicas surtan efecto. Mientras tanto, suelen utilizarse cremas con corticosteroides para aliviar el picor y el dolor. La hidrocortisona en dosis reducidas es un fármaco de venta libre; los corticosteroides más potentes requieren prescripción facultativa.

Ante infecciones más graves o pertinaces, el médico puede prescribir terapia con griseofulvina durante varios meses, en ocasiones combinada con cremas antifúngicas. La griseofulvina, de administración oral, es muy eficaz, pero puede causar efectos colaterales como dolor de cabeza, trastornos gástricos, fotosensibilidad, erupciones, tumefacciones y reducción del número de glóbulos blancos. Tras la interrupción del tratamiento con griseofulvina, la infección puede reaparecer. El médico también puede prescribir ketoconazol para tratar las infecciones micóticas de la piel. Al igual que la griseofulvina, el ketoconazol por vía oral puede presentar importantes efectos colaterales, como por ejemplo trastornos hepáticos.

El hecho de mantener las zonas infectadas limpias y secas ayuda a evitar la aparición de nuevas infecciones fúngicas y favorece la curación de la piel. Las áreas infectadas deberían lavarse frecuentemente con agua y jabón y luego cubrirse con polvos de talco. A menudo los médicos recomiendan evitar los polvos que contengan almidón de maíz porque pueden favorecer el crecimiento fúngico.

Si una infección micótica de la piel supura, es posible que también haya podido desarrollarse una infección bacteriana. Esta infección puede requerir tratamiento con antibióticos. Algunos médicos prescriben antibióticos que pueden ser aplicados directamente sobre la piel; otros prefieren antibióticos que deben ser administrados por vía oral. La solución de Burow diluida o el ungüento de Whitfield (ambos de venta libre) también pueden ser utilizados para secar la piel que supura.

Candidiasis

La candidiasis (infección por levaduras, moniliasis) es una infección producida por levaduras de Candida, antes denominada Monilia.

Candida suele infectar la piel y las membranas mucosas, como las que recubren la boca y la vagina. En raras ocasiones, invade tejidos más profundos como la sangre, causando una candidiasis sistémica que amenaza la vida del paciente. Esa infección mucho más grave es más frecuente en personas inmunodeprimidas (por ejemplo, enfermos de SIDA o pacientes tratados con quimioterapia).

Candida es un residente normal del tracto digestivo y de la vagina, que por lo general no causa ningún daño. Cuando las condiciones ambientales son particularmente favorables (por ejemplo, en un clima cálido y húmedo) o cuando las defensas inmunitarias de una persona están debilitadas, la levadura puede infectar la piel. Al igual que los dermatófitos, el crecimiento de Candida se ve favorecido en ambientes húmedos y cálidos. Algunas veces, los pacientes tratados con antibióticos padecen una infección por Candida debido a que los antibióticos eliminan las bacterias que residen normalmente en los tejidos, lo cual permite que Candida crezca de forma incontrolada. Los corticosteroides o la terapia inmunodepresora que sigue al trasplante de un órgano pueden también reducir las defensas del organismo contra las infecciones por levaduras. También las mujeres embarazadas, los obesos y los diabéticos presentan mayor susceptibilidad a la infección por Candida.

Síntomas

Los síntomas varían, dependiendo de la localización de la infección.

Las infecciones en los pliegues cutáneos (infecciones intertriginosas o intertrigo) o en el ombligo causan con frecuencia una erupción rojiza, a menudo con placas delimitadas que exudan pequeñas cantidades de líquido blanquecino. Puede haber pequeñas pústulas, especialmente en los bordes de la erupción, la cual se puede acompañar de picor o quemazón. Una erupción por Candida alrededor del ano puede ser pruriginosa, dejar la zona en carne viva y presentar un aspecto blanquecino o rojizo.

Las infecciones vaginales causadas por Candida (vulvovaginitis) son bastante frecuentes, especialmente en mujeres embarazadas, diabéticas o tratadas con antibióticos. Los síntomas de estas in-fecciones comprenden la emisión de un exudado vaginal blanco o amarillento, quemazón, picor y enrojecimiento de las paredes y de la región externa de la vagina.

Las candidiasis del pene afectan por lo general a diabéticos o a varones cuyas parejas sexuales padecen infecciones vaginales por esta levadura. Habitualmente, la infección produce una erupción rojiza, descamativa y, en ocasiones, dolorosa, localizada en la parte inferior del pene. Sin embargo, puede haber una infección del pene o de la vagina sin que se note ningún síntoma.

El afta es una infección por Candida, localizada en el interior de la boca. Las placas blancas cremosas típicas del afta se adhieren a la lengua y a ambos lados de la boca y a menudo son dolorosas. Las placas pueden desprenderse fácilmente con un dedo o una cuchara. Si bien en los niños sanos son frecuentes, en los adultos las aftas pueden ser un signo de inmunidad debilitada, posiblemente causada por diabetes o SIDA. El uso de antibióticos que eliminan las bacterias antagonistas incrementa las posibilidades de contraer aftas.

Las boqueras son una infección por Candida en las comisuras de la boca caracterizada por la formación de fisuras y de pequeños cortes. Pueden darse como consecuencia de dentaduras mal encajadas que dejan las comisuras de la boca húmedas de manera que permiten el crecimiento de las levaduras.

En la paroniquia por Candida, el hongo crece en la base de las uñas y produce una dolorosa inflamación con formación de pus. Las uñas infectadas por Candida pueden tornarse blancas o amarillas y desprenderse del dedo, ya sea de la mano o del pie.

Diagnóstico

Por lo general, el médico puede identificar una infección por Candida observando su erupción característica o bien el residuo espeso, blanco y pastoso que suele generar. Para efectuar el diagnóstico, el médico puede realizar un raspado de una parte de la piel lesionada o del residuo con un escalpelo o un depresor de lengua. Entonces la muestra es examinada al microscopio o depositada en un medio de cultivo para identificar la causa de la infección.

Tratamiento

Por lo general, las infecciones cutáneas por Candida curan fácilmente con cremas o lociones medicamentosas. Los médicos a menudo recomiendan una crema con nistatina para tratar las infecciones cutáneas, vaginales y del pene; la crema se aplica habitualmente dos veces al día durante 7 a 10 días. Los medicamentos para tratar las infecciones por levaduras de la vagina o del ano están disponibles también en forma de supositorios. Los medicamentos específicos para las aftas deben ser administrados en forma de líquido para enjuagar toda la boca y luego escupirlo, o bien como un comprimido que se disuelve lentamente en la boca. En ocasiones, para las infecciones cutáneas se utilizan ungüentos con corticosteroides como la hidrocortisona, junto a cremas antifúngicas, debido a que los ungüentos calman rápidamente el picor y el dolor (a pesar de que no ayudan a curar la infección en sí misma).

Mantener la piel seca ayuda a eliminar la infección y previene la reaparición del hongo. Los simples polvos de talco o los que contienen nistatina pueden ayudar a mantener seca la zona superficial.

Pitiriasis versicolor

La pitiriasis versicolor es una infección fúngica que causa placas de un color que va de blanco a pardusco sobre la piel.

La infección es bastante frecuente, especialmente en los adultos jóvenes. Raramente causa dolor o picor, pero impide el bronceado de las zonas de piel afectadas, formando placas. Las personas con piel naturalmente oscura pueden advertir la presencia de placas claras y, las de piel clara, pueden presentar placas oscuras. Las placas suelen localizarse en el pecho o la espalda y pueden descamarse ligeramente. Con el paso del tiempo, estas pequeñas áreas pueden juntarse para formar placas extensas.

Diagnóstico y tratamiento

Se diagnostica la pitiriasis versicolor por el aspecto que presenta. El médico puede utilizar la luz ultravioleta para poner en evidencia la infección o bien puede examinar al microscopio muestras de raspados de la zona infectada. Los champús anticaspa, como el sulfuro de selenio al 1 por ciento, suele curar la pitiriasis versicolor. Estos champúes se aplican sin diluir sobre las zonas afectadas (incluyendo el cuero cabelludo) antes de acostarse, se dejan toda la noche y se lavan por la mañana. El tratamiento suele prolongarse durante 3 o 4 noches. Las personas que presentan irritaciones cutáneas por este tratamiento pueden limitar el tiempo de exposición de su piel al champú entre 20 y 60 minutos, o bien pueden recurrir a medicamentos con receta.

Es posible que la piel no vuelva a recuperar su pigmentación normal hasta muchos meses después de la desaparición de la infección. El proceso reaparece con frecuencia incluso después de un tratamiento satisfactorio porque el hongo que lo causa es un huésped normal de la piel. Si reaparecen las lesiones, debe repetirse el tratamiento.

Infecciones bacterianas de la piel



La piel representa una barrera notablemente eficaz contra las infecciones bacterianas. A pesar de que muchas bacterias viven sobre la piel, normalmente son incapaces de provocar una infección. Las infecciones bacterianas de la piel pueden afectar a una sola zona y tener el aspecto de un grano o bien propagarse en unas horas y afectar a un área mucho más extensa. Las infecciones cutáneas pueden presentar un grado de gravedad variable, desde una acné sin importancia hasta una enfermedad potencialmente mortal, como el síndrome de la piel escaldada producido por estafilococos.

Muchos tipos de bacterias pueden infectar la piel. Los más frecuentes son los Staphylococcus y los Streptococcus. En los hospitales o las residencias pueden producirse infecciones causadas por bacterias menos comunes, al igual que cuando se realizan trabajos de jardinería o se nada en un estanque, un lago o en el mar.

Algunas personas presentan un riesgo específico de contraer infecciones de piel; por ejemplo, los diabéticos, que poseen una irrigación cutánea disminuida, en especial la de las manos y de los pies, y los enfermos de SIDA, que presentan un sistema inmunológico deprimido. La piel dañada por los rayos del sol, las rascaduras u otra irritación también tiene más posibilidades de infectarse. De hecho, cualquier lesión en la piel predispone a una persona a sufrir una infección.

Por lo general, mantener la piel intacta y limpia evita las infecciones. Cuando la piel sufre un corte o un arañazo, lavar la zona con agua y jabón ayuda a prevenir una infección. Si bien la mayoría de las cremas y ungüentos con antibióticos son poco eficaces para prevenir o tratar las infecciones cutáneas, algunas cremas más recientes, como la mupirocina, son eficaces en ciertos casos. Los baños calientes pueden incrementar la llegada de sangre a la zona infectada y ayudan a curar una infección confinada a un área reducida. Si la infección se extiende, los antibióticos deben ser tomados, ya sea por vía oral o mediante inyecciones.

Impétigo

El impétigo es una infección cutánea causada por Staphylococcus o Streptococcus, que se caracteriza por la formación de pequeñas ampollas llenas de pus (pústulas).

Esta enfermedad afecta principalmente a los niños y puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, aunque frecuentemente lo hace en la cara, los brazos y las piernas. Las ampollas pueden ser del tamaño de un guisante o como grandes anillos. El impétigo puede seguir a una lesión o una enfermedad que provoque una lesión en la piel, como una infección micótica, las quemaduras por el sol o una picadura de insecto. El impétigo también puede afectar a la piel normal, en especial las piernas de los niños.

El tratamiento precoz puede evitar que el impétigo infecte la piel más profunda (ectima). Antibióticos como la penicilina o una cefalosporina son habitualmente administrados por vía oral. En alguna rara ocasión, el impétigo causado por Streptococcus puede conducir a una insuficiencia renal.

Foliculitis, furúnculos y carbuncos

La foliculitis es una inflamación de los folículos pilosos causada por una infección por Staphylococcus.

En los folículos pilosos se forma una pequeña cantidad de pus, que hace que se irriten y enrojezcan. La infección daña los pelos, los cuales se pueden arrancar fácilmente. La foliculitis tiende a volverse crónica en los sitios en que los folículos pilosos se encuentran profundamente arraigados en la piel, como en la zona de la barba. Los pelos rígidos pueden curvarse y penetrar en la piel, produciendo irritación, aunque no exista una infección importante.

Los furúnculos son áreas grandes, dolorosas, inflamadas y sobreelevadas originadas por una infección por estafilococos alrededor de los folículos pilosos.

Lo más frecuente es que aparezcan en cuello, mamas, cara y nalgas y son particularmente dolorosos cuando se forman alrededor de la nariz, de las orejas o en los dedos. Los furúnculos a menudo tienen pus en el centro. Por lo general, eliminan un exudado blanquecino, ligeramente sanguinolento. En algunas personas se forman furúnculos molestos y recurrentes (furunculosis) y se pueden producir epidemias entre los adolescentes que viven en barrios hacinados y carecen de una higiene apropiada.

Los carbuncos son grupos de furúnculos que producen grandes escaras en la piel y finalmente cicatrices.

Los carbuncos se desarrollan y curan más lentamente que los furúnculos aislados y pueden acompañarse de fiebre y de cansancio, ya que representan una infección más grave. Aparecen con mayor frecuencia en los varones y más frecuentemente en la parte posterior del cuello. Las personas mayores, los diabéticos y quienes padecen enfermedades graves son más proclives a presentar carbuncos.

Tratamiento

Mantener la piel limpia, preferiblemente con un jabón líquido que contenga un agente antibacteriano, es la mejor forma de evitar el contagio de estas infecciones. El calor húmedo favorece la acumulación de pus y puede hacer que un furúnculo exude espontáneamente. Cuando aparece un furúnculo cerca de la nariz, los médicos suelen tratarlo con antibióticos porque la infección puede propagarse rápidamente hacia el cerebro. Cuando surgen furúnculos o carbuncos, se suele tomar una muestra de pus para su evaluación en el laboratorio y se administran antibióticos orales. Quienes presentan furúnculos recurrentes pueden requerir antibióticos durante meses o incluso años.

Erisipelas

La erisipela es una infección cutánea causada por estreptococos.

Habitualmente, la infección aparece en la cara, en el brazo o en la pierna, y a veces comienza en una zona de piel lesionada. Aparece una erupción brillante, roja, dolorosa, ligeramente inflamada y a menudo se forman pequeñas ampollas. Los ganglios linfáticos en torno a la zona infectada pueden hincharse y ser dolorosos; las personas aquejadas de infecciones particularmente graves presentan fiebre y escalofríos.

El tratamiento oral con penicilina o eritromicina durante dos semanas suele curar las infecciones leves. Cuando la infección es aguda, lo primero es administrar el antibiótico mediante inyección.

Celulitis

La celulitis es una infección difusa en las capas profundas de la piel y a veces incluso debajo de ellas.

La causa más frecuente de la celulitis, sobre todo si había una herida previa, es una infección estreptocócica. No obstante, muchas otras bacterias pueden causar celulitis, especialmente después de mordeduras de personas o animales o tras lesiones producidas en el agua.

La infección afecta sobre todo a las piernas y a menudo comienza con una alteración cutánea causada por una lesión menor, una úlcera o una infección micótica entre los dedos La celulitis produce inflamación, dolor, calor y enrojecimiento. Algunas áreas tienen aspecto de magulladura y pueden presentar pequeñas ampollas. Los síntomas de la infección pueden ser fiebre, escalofríos, dolor de cabeza y complicaciones más graves como confusión, hipotensión y taquicardia.

La celulitis es fácilmente reconocible, pero identificar las bacterias causantes de la infección resulta más difícil. Los médicos suelen tomar muestras de sangre (a veces de piel) que son enviadas al laboratorio, donde se cultivan y se identifican las bacterias.

Tratamiento

El tratamiento inmediato puede prevenir la propagación rápida de la infección y su llegada a la sangre y a otros órganos. La celulitis suele tratarse con penicilina o un fármaco similar a ésta, como la dicloxacilina. Los pacientes con celulitis leve pueden tomar antibióticos orales; los de mayor edad y los que presentan una celulitis de rápida difusión, mucha fiebre u otra evidencia de infección grave requieren primero el antibiótico por inyección antes de comenzar con los de uso oral. Si la infección se localiza en las piernas, mantenerlas elevadas y aplicarles paños fríos y húmedos alivia el malestar y reduce la inflamación.

Si la celulitis se vuelve recurrente, es probablemente producida por otra enfermedad (como el pie de atleta) que debe ser convenientemente tratada.

Paroniquia

La paroniquia es una infección que rodea el borde de una uña de la mano o del pie.

La infección suele comenzar a partir de una rotura de la piel, una manicura demasiado traumática o una irritación crónica. Como la región de las uñas dispone de poco espacio para inflamarse, la infección tiende a ser bastante dolorosa. A diferencia de la mayoría de las infecciones de piel, la paroniquia puede estar causada por diferentes bacterias, como Pseudomonas y Proteus, así como por hongos como Candida.

Tratamiento

Las compresas o los baños calientes ayudan a aliviar el dolor y con frecuencia a eliminar (drenar) el pus. Los baños calientes también aumentan la circulación sanguínea, lo que a su vez ayuda a combatir la infección. En ocasiones el médico drena la infección practicando una pequeña incisión en la bolsa purulenta (absceso) con un bisturí. Las infecciones en las que se consigue un drenaje adecuado pueden no necesitar el tratamiento con antibióticos. Si la infección tiene tendencia a extenderse, el médico puede prescribir antibióticos orales.

Si la paroniquia está causada por un hongo, el médico drena la infección y prescribe una crema antifúngica que contenga ketoconazol, ciclopirox o miconazol y aconseja baños calientes. En casos graves se prescribe un antifúngico oral.

Síndrome de la piel escaldada por estafilococos

El síndrome de la piel escaldada por estafilococos es una infección cutánea aguda y diseminada en la que la piel se desprende como si se hubiese quemado.

Ciertos tipos de estafilococos producen una sustancia tóxica que hace que la capa superior de la piel (epidermis) se separe del resto de la misma. Las infecciones cutáneas causadas por Staphylococcus pueden degenerar en síndrome del shock tóxico, una enfermedad potencialmente mortal.

El síndrome de la piel escaldada por estafilococos afecta habitualmente a lactantes, niños y personas inmunodeprimidas. Las manos del personal de los hospitales pueden contener estafilococos, las bacterias infectantes, y transmitirlos de un bebé a otro, lo que en ocasiones produce epidemias en las guarderías.

Síntomas

El síndrome suele comenzar con una infección aislada y costrosa que puede parecerse al impétigo. La infección puede aparecer en la zona del pañal o alrededor del muñón del cordón umbilical durante los primeros días de vida. En los niños de 1 a 6 años, el síndrome puede comenzar con una zona costrosa localizada en la nariz o en las orejas. Al día siguiente, aparecen regiones de color escarlata alrededor de la zona costrosa. Estas áreas pueden ser dolorosas. Por otra parte, grandes extensiones de piel pueden enrojecer y formar ampollas que se rompen con facilidad.

La capa superior de la piel comienza entonces a desprenderse, a menudo en grandes tiras, incluso cuando se tocan ligeramente o se presionan suavemente. Después de uno o dos días, puede afectarse toda la superficie de la piel y el niño enferma gravemente, presentando fiebre, escalofríos y debilidad. Con la pérdida de la barrera protectora de la piel, otras bacterias y argentes infecciosos pueden penetrar fácilmente en el organismo. Además, pueden perderse importantes cantidades de líquido debido a la supuración y a la evaporación.

Diagnóstico

Mediante una biopsia (extracción de una muestra de piel y examen de la misma al microscopio) o enviando una muestra de piel al laboratorio para su cultivo, los médicos pueden diferenciar el síndrome de la piel escaldada por estafilococos de otras enfermedades de aspecto semejante, como la necrólisis epidérmica tóxica, que generalmente es causada por un fármaco.

Tratamiento

A menudo, el médico prescribe un antibiótico intravenoso del tipo de la penicilina como, por ejemplo, cloxacilina, dicloxacilina o cefalexina. Sin embargo, si el diagnóstico del síndrome se establece de forma temprana, la forma oral de alguno de estos fármacos da buenos resultados. Esta terapia debe continuar al menos durante 10 días. Con un tratamiento precoz, la curación se produce entre los 5 y 7 días.

La piel debe ser manipulada con cuidado para evitar un mayor desprendimiento de la misma; de hecho debería cuidarse como si estuviera quemada. El médico puede aplicar una compresa protectora. Los niños gravemente afectados pueden ser tratados en la unidad de quemados de un hospital.

Eritrasma

El eritrasma es una infección de las capas superficiales de la piel causada por la bacteria Corynebacterium minutissimum.

El eritrasma afecta principalmente a los adultos y a los diabéticos; es mucho más frecuente en los trópicos. Al igual que una infección fúngica, el eritrasma suele aparecer donde dos zonas de piel contactan entre sí, como debajo de las mamas, en las axilas, en los espacios interdigitales de los pies y en la zona genital, especialmente en los varones, donde los muslos tocan el escroto. La infección puede producir placas irregulares y rosadas que posteriormente pueden convertirse en finas escamas de color pardusco. En algunas personas la infección se extiende hasta el tronco y la región anal.

Los médicos pueden diagnosticar un eritrasma fácilmente porque Corynebacterium muestra un brillo característico de color rojo coral bajo la luz ultravioleta. Un antibiótico, como la eritromicina o la tetraciclina, por vía oral, puede eliminar la infección. Los jabones antibacterianos también pueden ser de utilidad. El eritrasma puede recurrir entre 6 y 12 meses más tarde, necesitando entonces un segundo tratamiento.

El extraño caso del 'hombre árbol' indonesio

Una deficiencia en su sistema inmunológico le ha hecho desarrollar raíces, como si de un árbol se tratara.

Padece el virus del papiloma humano, y un doctor estadounidense asegura que en seis meses podrá tener una vida más normal.
Su cuerpo no será como antes, pero podrá usar las manos.
Dede se convirtió en el pescador más particular de toda Indonesia en su adolescencia, cuando tuvo un accidente y se produjo unos cortes en la rodilla.
No podía llevar a cabo las tareas domésticas, dejó de trabajar y fue abandonado por su mujer
Este hecho, a priori nada extraordinario, fue un punto de inflexión en su vida. Dede, que ahora tiene 35 años, vio cómo de su cuerpo empezaban a brotar unas extrañas raíces, como si de un árbol se tratara, según publica el Telegraph.
No podía llevar a cabo las tareas domésticas, dejó de trabajar y fue abandonado por su mujer, viéndose obligado a educar a sus hijos inmerso en la pobreza, resignado a malvivir con su enfermedad.
Sin embargo, un experto dermatólogo estadounidense ha volado hasta la localidad en la que vive Dede, al sur de Yakarta, y le ha propuesto un tratamiento que podría cambiar su vida.
El virus del papiloma humano
El doctor Anthony Gaspari, de la Universidad de Maryland, concluyó, después de realizarle unas pruebas, que la enfermedad del joven indonesio se debía al virus del papiloma humano, una infección relativamente común que suele causar pequeñas verrugas en las personas que la sufren.

En seis meses, podrá vivir una vida más normalEl problema es que Dede tiene un extraño defecto genético en su sistema inmunológico por el que su cuerpo no desarrolla las defensas ante el virus. "La probabilidad de tener su deficiencia es menos de una entre un millón", reconocía el doctor Gaspari.

"En seis meses, podrá vivir una vida más normal", asegura el doctor. Gaspari ha dejado claro que su cuerpo no volverá a ser como antes, pero que sí podrá usar las manos.
El doctor estadounidense conoció el caso de Dede gracias a un reportaje de Discovery Channel. Hasta ahora, la única fuente de ingresos del indonesio era una especie de circo en el que se enroló poco tiempo después de desarrollar la enfermedad.

La psoriasis aumenta un 50% el riesgo de muerte

CUANDO EL TRASTORNO ES GRAVE
La psoriasis aumenta un 50% el riesgo de muerte
Este fenómeno se debe, según el trabajo, a otras patologías comunes en estos pacientes
Actualizado martes 18/12/2007 09:11 (CET)

CRISTINA DE MARTOS
MADRID.- Las personas que padecen formas graves de psoriasis, una enfermedad inflamatoria que afecta a la piel, tienen más probabilidades de morir y mueren antes que la población general. Sin embargo, los que sufren variantes más leves no se enfrentan a este problema, según un estudio publicado en 'Archives of Dermatology'.
La psoriasis afecta aproximadamente al 2% de la población, principalmente varones. Se caracteriza por la aparición de erupciones en forma de placas rojizas en una extensión de piel que varía entre el 15% y el 85% del cuerpo. Esta patología crónica se ha asociado con otras más graves como afecciones cardiovasculares, tumores, obesidad o alteraciones psiquiátricas.
Varios estudios han examinado la mortalidad de estos pacientes, pero sólo de aquellos ingresados en un hospital, cuyo riesgo de muerte se presupone elevado dada su situación. Investigadores de la Universidad de Pensilvania (Filadelfia, EEUU) publican un trabajo en el que ahondan en esta cuestión.
Empleando un registro nacional de pacientes del Reino Unido, los autores identificaron a todas aquellas personas que entre 1987 y 2002 había recibido tratamiento para esta enfermedad. En función del tipo de terapia clasificaron estas dolencias en medias y graves y después escogieron a un grupo control, cinco veces mayor que el de los pacientes, para comparar las cifras de mortalidad.
En total, localizaron a 133.568 sujetos con psoriasis moderada y 3.951 con psoriasis grave. En términos generales, esta patología no interfería en la mortalidad. Sin embargo, al limitar el análisis a los pacientes más comprometidos, el riesgo de muerte era mayor para los enfermos.
Mientras que la tasa de mortalidad por cada 1.000 personas era del 12% para la población general y las personas con psoriasis moderada, en las más graves, alcanzó el 21,3%. Esta cifra no se atenuó al ajustar los resultados a la presencia de otras patologías potencialmente mortales como el infarto de miocardio, la diabetes o las neoplasias malignas.
Estos pacientes tienen un 50% más de posibilidades de morir. Por tanto, la psoriasis grave "es un importante factor predictivo del riesgo de muerte", según los autores. Los hombres morían una media de 3,5 años antes y las mujeres de 4,4 años, comparados con los sujetos sanos. Además, este exceso de mortalidad aumenta con la edad y en los varones.
Este fenómeno podría explicarse por la tendencia de los pacientes con psoriasis a fumar y consumir alcohol en mayor medida que la población general y a que son más propensos a tener diabetes, obesidad, hipertensión, enfermedades cardiovasculares y varios tipos de cáncer.
Por otro lado, apuntan los autores, “algunos tratamientos sistémicos para la psoriasis podrían estar asociados con un incremento de la mortalidad, aunque de forma excepcional, debido a la toxicidad crónica y otras reacciones. La propia enfermedad, en raras circunstancias, puede provocar la muerte”.
La causa de la psoriasis es aún desconocida aunque se considera que es multifactorial. Las lesiones cutáneas que la caracterizan, que son escamosas e inflamadas, pueden aparecer después de un traumatismo, de una infección, por estrés o asociadas a muchos otros factores, aparecen en brotes y no son contagiosas.